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Buenos Aires a los veintitrés días de noviembre del 2017
una mujer que fumaba me pidió perdón por mi pasado, indefectiblemente me lo trajo. Pude ver en sus ojos un diluvio, la calma, la tempestad, la vorágine que hunde el barco. Su pasado era enorme, ella misma era en ese instante un pasado. Su península albergaba miles de ballenas que llegaban cada año, su sonrisa le pesaba y sus párpados ¡por dios! cómo le pesaban sus ballenas, debió haberlas querido demasiado me dije conmovido por su mar eterno. No me pidas perdón por mi pasado dije, el mío fue un desierto de caranchos que nadie más oyó, tan solo mi reflejo.
Ese día llovió, mis animales encontraron agua.
Ezequiel Villarroel
... Imagen . Nádia Maria
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